19 may 2012

Te llevaré hasta en los bolsillos.

Capítulo 1. El niño loco y la rosa verde.
Era miércoles, creo. Oscurecía, de ese oscurecer que es claro. Crepúsculo, podríamos decir. Con sus naranjitas, sus rositas, sus -itas. Cogí mi suéter gris y bajé las escaleras para dirigirme al jardín. Lo observo y lo veo tan vacío... tiene rosas y más flores (con más flores me refiero al conjunto de flores raras a las que no sé darle nombre) y un banquito cálido frente a un estanque disfrazado de pececillos: ¡bium! Ahí va un pez que salta, lleno de vida. ¡Bium! Y otro, y otro, y otro. Aún con toda la parafernalia de mi jardín parece ausentarse algo. Sí, ya sé. Bueno, lo supe desde el principio. Es que, veréis, solía venir a mi jardín una persona a la que yo llamaba el niño loco. ¿Por qué? Pues, él solía llegar, preparar café, tumbarse en el césped y cantarle al cielo. Sí, como un niño loco. En verdad los locos siempre son felices. Así era él, un niño loco feliz. Él a mí me llamaba rosa verde. Sí, rosa verde. Eres mi rosa verde: rosa por ser flor y verde por ser distinta al resto, me solía decir. Sin duda, el piropo más profundo que alguien me haya dicho jamás. Así eran las tardes después de mis bocetos en el estudio y mis cafés en la ciudad: llegar a mi jardín convertida en rosa verde, al lado de el niño loco tumbado en mi césped. A veces el loco me decía: que sí, que te quiero. Pero, claro, a un loco nunca se le toma en serio. No era loco, él era feliz. Éramos felices. Él todavía lo sigue siendo, creo. En fin, todo ésto ocurrió hace ya un tiempo. Sí, hace ya un buen tiempo. De repente oigo un bocinazo: ¡pí pí! Y otra vez: ¡pí pí! Entonces la atmósfera del jardín se rompe en pedazos. El taxi me espera, no recordaba mi cita con Kathy para ultimar detalles en cuanto a mi última colección para el desfile del viernes. Soy diseñadora, sí (¿a quién demonios se lo digo?) De camino a mi cita con Kathy la lluvia es, sin lugar a dudas, la protagonista durante los quince minutos de trayecto. Danzando con sus gotitas: y una, y otra. ¡Qué bien se lo pasan! Ya he llegado al piso de Kathy. Abro la puerta del taxi, llueve.. me apresuro hacia el portal y timbro en el segundo izquierda, mientras el frío se instala poco a poco en mis huesos. Kathy tarda un poco en abrir. Hacía tiempo que no nos veíamos, sí. Seguía igual de estupenda que siempre: rubia, ojos azules y unas patas de gallo que le sentaban de maravilla. Después de un mini reencuentro formado por abrazos y demás muestras afectivas, nos sentamos en el amplio sofá de su salón. Kathy sacó los bocetos que le envié. -Son estupendos, Carla. -me dice. -Ha, ha, ha -sonrío alagada. Nos pusimos a debatir sobre los cambios de color, el corte más adecuado, los escotes más preferibles, las telas más acertadas. Que si un verde esmeralda, un tono más melocotón, un blanco más roto o un botón gigante para variar. Una vez ultimados los detalles de mis bocetos, Kathy prepara té. Sabe que no me gusta, sabe que odio el té. Lo sabe. Le digo que más azúcar. Que más azucar, más, más. Ya. En fin, bebo rápidamente el té, por cortesía, y me voy. El besito, el abrazo y el hasta luego. Nos despedimos hasta el viernes. Mientras esperaba en la parada de autobuses más cercana para irme a casa, pude ver una especie de anuncio escrito en un folio pegado a una farola: Clases de iniciación a la botánica. Y al lado un número de contacto y una dirección. No sé por qué, pero sin darme cuenta estaba marcando aquel número y apuntando aquella dirección:
-Hola, ¿clases de botánica?
+Sí, sí. Así es. ¿Desea apuntarse?
-Em.. ¿sí? Sí, apúnteme.
+¿Nombre, apellidos, edad?
-Carla Krause, veinticuatro años.
+Está bien, muchas gracias. Las clases comienzan el viernes.
-¿El viernes?
+Sí.
-¿A qué hora?
+...
[pí, pí, pí, pí..]

¿Por qué he llamado? Supongo que nunca lograré encontrarle sentido. Clases de botánica, dios mío. Ya llega el autobús, me siento en la última fila y me pongo a pensar en el niño loco que ya no (me) canta y en la rosa verde que ya no soy.

2 comentarios:

  1. "rosa por ser flor y verde por ser diferente a las otras" perfecto, me encantó.
    te sigo :3

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